Seamos claros con la inclusión de género

Seamos  claros, los hombres cada vez vemos mucho más machismo en muchos adolescentes y jóvenes varones. Incluso también en Centennials y Millenials.

Por edad supuestamente deberíamos ver mucho menos machismo comparado con seniors o baby-boomers. Pero no.

Muchos, a la que pueden hablar con libertad en su círculo de confianza, comentan que se sienten presionados todo el día por mensajes que alertan del alto riesgo de que sean maltratadores y machistas alfa. Sienten como que se ha  cambiado la tortilla y como si ahora todas las ventajas son para las mujeres.  Muchos hombres, a la que se sienten en plena  intimidad de no ser juzgados, comentan esto o parecido.

Es un barómetro clarísimo de que las políticas de igualdad y la imposición de normas y de cuotas son muy necesarias para cerrar la brecha lo antes posible. Pero del todo ineficaces e insostenibles en el tiempo si no van acompañadas de muchos otros aprendizajes y de que se interioricen y se sientan de corazón.

Una cosa es la inclusión de género normativa y la otra es la inclusión de género con autenticidad y sostenible. Las dos suman, son imprescindibles, pero deben ir de la mano. La segunda a un ritmo mucho más acelerado porque los aprendizajes auténticos comportan años. En cambio, los cambios normativos pueden ser más rápidos si hay voluntad política y presión social.

Las empresas pueden dar un espaldarazo muy importante a la inclusión de  género y a cerrar la brecha y al mismo tiempo obtener un beneficios muy importantes  con ello. Una implementación efectiva de la inclusividad les permite enriquecerse con la diversidad  entre lo masculino y lo femenino, impulsar  la creatividad, la innovación y  las capacidades y el potencial de la empresa .

Este planteamiento puede parecer ambicioso e incluso sonar a idílico e idealista, pero no hay otro camino. Y las empresas que lo logren antes serán sin duda las empresas líderes en autenticidad y sostenibilidad con equipos multidisciplinares de alta resolución.

¿Por qué?

El mundo VUCA exige un aumento combinado de flexibilidad, de agilidad y de rapidez de acción, de foco y de creatividad. Todo ello es una amalgama de masculinidad y de feminidad .

Esta amalgama de masculinidad y de feminidad se alcanza en proporción a la capacidad de las personas de las organizaciones para potenciar la inteligencia de género, «que es la que nos permite comprender las contribuciones que tanto las mujeres como los hombres traen al lugar de trabajo» en palabras de Barbara Annis- CEO Gender Intelligence

El espaldarazo a la inclusión de género se produce cuando hombres y mujeres saben reconocerse como personas. Cuando valoran  sus diferencias y  sienten  un respeto, una apreciación y un agradecimiento  por las  contribuciones del otro.

Esto no se logra solo a nivel cognitivo y con el hemisferio cerebral izquierdo. Es imposible. Siempre estaría “traicionado” por el inconsciente y por las conductas llamadas “micro-machismos” . Esas conductas de las que no nos damos cuenta y que en la práctica perjudican la equidad e inclusividad, a veces de manera letal. Exactamente lo mismo sucede con la inclusión de los colectivos LGTB.

Por esto es tan importante trabajar otras vías para lograr resultados diferentes. Como la  integración de los dos hemisferios cerebrales potenciando el más holístico, la  Inteligencia Emocional, la Inteligencia del Corazón, Inteligencias Corporal y Respiratoria ….. Y todo lo que ayude a integrar de verdad la inclusividad y creerse realmente lo de que el reconocimiento a lo diverso y a personas de otro género aporta y enriquece.

Esto para la mente es mucho más complicado porque es dual. Eso es, tiende a pensar en términos binarios: bueno o malo, delicado o rudo, yo o tú etc. Sin la ayuda de otras inteligencias como la del corazón, que es unitario, a la mente le cuesta un enorme esfuerzo y, como vemos, montones de años.

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