El compromiso, el nuevo petróleo para las PYME arrancar, sobrevivir y salir reforzadas en post- Covid19

Sentido de urgencia para mejorar el compromiso personas-empresa

Creer que se puede superar la situación actual y lo que seguirá solo con tecnología y a nivel racional y cognitivo es una opción (aunque no la más beneficiosa para las personas), pero desde luego no es una opción para la mayoría de PYMES y micro empresas. Sin apostar por una mejora importante del compromiso, el auto-liderazgo, el autoconocimiento y las cualidades humanas de los equipos, no va a lograrse salir de esta recesión y mucho menos con un modelo renovado de negocio.

Sin apostar por el compromiso, auto-liderazgo, el autoconocimiento y las cualidades humanas de los equipos, no va a lograrse salir de esta recesión y mucho menos con un modelo renovado de negocio.

Lo que se está viendo es que hay dos prioridades absolutas ahora mismo:

1- La tesorería junto a la prevención de riesgos (seguridad física y sanitaria) para tener posibilidad al menos de funcionar como negocio

2-  Mantener altos niveles de compromiso o empezar a activarlos urgentemente y medirlos.

Para qué mejorar los niveles de compromiso urgentemente

Empezar a mejorar inmediatamente el compromiso para poder lograr urgentemente una reactivación que permita afrontar lo antes posible:

1- una recesión sin precedentes (dicho por los expertos y también por los empresarios de la CEOE en el transcurso de esta semana)

2- el gran reto de la transformación digital, especialmente para las PYMES y micro empresas que van más rezagadas en este asunto y sin tantos recursos o ahora con una situación de caja más comprometida

3- el giro del modelo de negocio lo más rápido posible hacia nuevos ejes como son la sostenibilidad, el ecosistema, el impacto social y el cumplimiento como mínimo de algún ODS. Todo esto no ya por convicción propia del empresario o directivo, que también, sino por exigencias de la sociedad, del mercado y sobre todo de la misma competencia.

Es una labor titánica que ni un líder ni un empresario pueden hacer solos.

La unión o vínculo de las personas y con el proyecto y el espaldarazo a la dirección y a la propiedad es crítico y fundamental.

Sin altos niveles de compromiso sostenido en el tiempo es posible una reacción heroica a título individual o vocacional como hemos visto durante la pandemia, durante unas semanas o meses….

Pero sin altos niveles de compromiso

– No es posible mantener la implicación a fondo de las personas (lo que los técnicos en la materia llaman “esfuerzo discrecional”). El sacrificio no es sostenible en el tiempo, los sanitarios ya comentaban que no podrían aguantar mucho más.

 – No es posible la adaptación y la flexibilidad continuada de las personas y de la empresa y menos su capacidad de anticiparse a los competidores.

– No es posible un teletrabajo altamente productivo de manera sostenida. Con el teletrabajo se pide que la persona integre su vida laboral en su vida privada y si antes se ha llevado la política de mantenerlas separadas e incluso ignorar las necesidades particulares, esto es imposible.

 – No es posible o complicadísimo en estos momentos que una persona vuelva a su puesto de trabajo presencial con todo su ímpetu, vitalidad, ganas , implicación, absorto en el trabajo.

– Y por último, tampoco es posible que las personas y equipos generen valor, ni relaciones sólidas que trasciendan la mera transacción económica y ofrezcan una experiencia.

Además, cuando los niveles de compromiso no son elevados y se pretende utilizar el teletrabajo de forma prolongada en el tiempo, observaremos que se agravan las siguientes situaciones que ya se están produciendo: 

– El teletrabajo no es satisfactorio para la empresa o el directivo porque sentirá que necesita más control sobre la situación, que se le escapan cosas

– El teletrabajo no es satisfactorio para las personas porque van sentir y a tener de forma creciente algunas de estas percepciones:

– el trabajo remoto es sinónimo de horarios maratonianos

– desaparece la pausa de mediodía

– que no solo se trabajan las horas que antes se destinaban al transporte, sino que incluso se prolonga aún más la jornada

– intensificación de “reunionitis” y “urgentismo”

– exceso de videollamadas y de conexión a plataformas

– obsesión en comunicarse a través de vídeo cuando sería posible el teléfono

– proliferación de uso plataformas para gestionar equipos muchas veces en paralelo, duplicidades: Microsft Team, Slack y Whatsapp a la vez, por ejemplo.

El compromiso más elevado se transpira desde los valores, las cualidades humanas de los equipos, el corazón . Entonces ¿cómo lo hacemos?

Empresarios y la alta dirección necesitan contar con las personas para todo lo que venga y para ello las personas deben sentirse realmente en el centro más que nunca, ser parte del corazón de la empresa.

Para comprometernos de forma importante con otras personas a nivel profesional en los equipos es necesario que exista competencia profesional, pero sobretodo una competencia humana y emocional, cuidar de los demás y sentido de contribuir a algo que va más allá del sueldo y del beneficio de la empresa. Cuando las personas nos sentimos cuidadas, incluso amadas, lo damos todo.

Es el momento imprescindible para apostar de forma decidida en formación no solo tecnológica sino humana de los equipos que les permita hacer transición acelerada hacia el compromiso, la colaboración y unas relaciones mucho más empáticas con todas las personas (empresa, cliente, proveedores, sociedad)

Con la Inteligencia del Corazón es posible implementar el reconocimiento, potenciar las cualidades más personales de los equipos, lograr esa coherencia y transparencia, que no sea de palabras o solo a nivel racional y mental, la integridad y la congruencia entre lo que se diga, haga, piense, sienta etc

Y el impacto de la Inteligencia del Corazón en términos de compromiso es medible, de forma clara y ágil.

Si deseas conocer el modelo de los 7 drivers ,su metodología de mejora del compromiso y de como irla midiendo de forma ágil,

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