Asombrarnos nos estimula a dar lo mejor de nosotros mismos
Cuando Daniel Goleman habla de emociones poderosas resalta una por encima de las demás, que es el asombro (“awe” o “being awestruck” en inglés)
Es cuando algo nos deja atónitos, que es una sensación como de estar en presencia de algo vasto que trasciende nuestra comprensión actual del mundo.
En palabras de Dacher Keltner, fundador de The Greater Good Science en la Universidad de California y autor del libro “Awe” recomendado por D. Goleman, “el asombro puede desencadenarse en momentos como ver el Gran Cañón o presenciar un acto de grandísima bondad o también en momentos de gran pánico o de una inconmensurable tristeza.”
Esa emoción puede ser encontrada en cosas o circunstancias cotidianas. No es necesario por ejemplo contratar un viaje al espacio para experimentarlo, aunque en algunos casos especiales sí. Cuando más uno está acostumbrado a ver cosas maravillosas e impresionantes, el listón está mucho más alto ¿Será que esto recorta la capacidad de asombro y a la postre genera más insatisfacción?
Lo que está claro como resultado de las investigaciones es que conservar, cultivar y tener esa capacidad de asombro es una de las emociones más positivas y beneficiosas que podemos experimentar.
Interesantísima y muy sólida base para construir equipos ¿ no te parece ?
¿Tenemos como empresa o como equipo esa capacidad de crear experiencias de asombro sin grandes presupuestos ni ideas extravagantes?
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